Los fallos de supervisión de USAID erosionan la confianza en la ayuda a los países en desarrollo

WASHINGTON, D.C. 30 de agosto (C-Fam) La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) pierde el rastro de los miles de millones asignados a organismos de la ONU para programas de ayuda al desarrollo.

En un nuevo informe, el Inspector General denuncia un incumplimiento casi total de las medidas de la USAID durante el mandato de Biden. El Inspector General concluyó que USAID no realizó un seguimiento adecuado del cómo se utilizaron los fondos de Estados Unidos.

Según el informe, la financiación por parte de USAID de organismos internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha crecido espectacularmente en los últimos años. La financiación se disparó un 282%, pasando de 5.600 millones de dólares en el año fiscal 2019 a 21.400 millones en 2022. Sin embargo, USAID no realizó las revisiones legalmente requeridas para más del 70% de las agencias internacionales que reciben fondos.

USAID se basó en evaluaciones parciales en lugar de revisiones exhaustivas de la organización para otorgar subvenciones y, cuando las revisiones detectaron problemas, USAID carecía de los mecanismos oficiales para garantizar la toma de medidas correctivas. Una vez concedidas las subvenciones, los funcionarios de USAID no solían realizar «controles aleatorios» de los beneficiarios, a pesar de estar facultados para ello. La agencia disponía de orientaciones limitadas para llevar a cabo estos controles y no realizaba un seguimiento de su frecuencia ni de sus resultados.

Estas lagunas en la supervisión dejan a USAID con una visión limitada de cómo las agencias de la ONU gestionan los casi 6.000 millones de dólares que Estados Unidos destina a ayudas al desarrollo. El informe concluye que, sin las debidas comprobaciones, los funcionarios de las agencias no pueden acceder a información crucial sobre posibles despilfarros o malversaciones de fondos.

Las conclusiones del informe del Inspector General se suman al ya creciente escepticismo de los congresistas estadounidenses sobre la promoción del aborto y la ideología de género por parte de las agencias de la ONU. Algunos congresistas se han quejado recientemente de que se desvían fondos destinados a programas de ayuda humanitaria y desarrollo para promover objetivos de ingeniería social.

USAID ya está lidiando con las peticiones de un mayor escrutinio de los programas de las agencias de la ONU y su alineación con los objetivos de la política exterior estadounidense. Abordar las preocupaciones sobre iniciativas controvertidas y, al mismo tiempo, mantener asociaciones efectivas con organizaciones multilaterales requerirá de una cuidadosa exploración de complejos panoramas diplomáticos y políticos.

La administración Trump recortó la financiación del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) por infringir las leyes estadounidenses que prohíben abogar por el aborto. Cuando esto ocurrió, múltiples organizaciones y congresistas abogaron por que se aplicara lo mismo a todas las agencias de la ONU.

El proyecto de ley de Operaciones Estatales, Exteriores y Programas Relacionados (SFOPS, por sus siglas en inglés), recientemente aprobado por la Cámara de Representantes, mantiene muchas de las impresionantes disposiciones de la versión anterior y también establece que el apoyo a las organizaciones multilaterales a través de la cuenta de Contribuciones a Organizaciones Internacionales (CIO, por sus siglas en inglés) debe cumplir las prohibiciones y requisitos legales relacionados con el aborto

Esta falta de supervisión es especialmente preocupante a la luz de la agresiva promoción que hacen las agencias de la ONU del aborto en todo el mundo, del uso de la pornografía entre los adolescentes y de los derechos sexuales de los niños.