Agrupación de investigación sexual vinculada a pedófilos es reconocida por la ONU

By Wendy Wright | January 24, 2014

NUEVA YORK, 24 de enero (C-FAM) Una agrupación científica cuya investigación se basó en información de pedófilos y que disparó la revolución sexual en los Estados Unidos fue acreditada por las Naciones Unidas.

El infame Informe Kinsey fue la base para que se relajararan posturas y castigos para los delitos sexuales contra mujeres y niños, y para la educación sexual integral que enseña a los niños pequeños sobre los actos sexuales.

Esta semana el Instituto Kinsey se presentó ante el comité de la ONU que acredita a las agrupaciones para que participen en la ONU. Esto ocurrió mientras agrupaciones abortistas hacen lobby para que la educación sexual integral sea un aspecto importante de la agenda política de la ONU y de las tareas de desarrollo.

Alfred Kinsey afirmó que los niños son sexuales desde la infancia. Sus fuentes primarias fueron hombres adultos que registraron los pormenores de sus contactos sexuales con niños para su libro Comportamiento sexual del hombre.

Un hombre brindó a Kinsey detalles de sus abusos entre 1917 y 1948, que se muestran en la Tabla 34 del libro. Se registran los números de «orgasmos» de niños de tan solo 5 meses y hasta 14 años en determinados períodos de tiempo.

El orgasmo se define como «convulsiones violentas», «sollozos, o llantos más violentos, a veces con abundancia de lágrimas (especialmente entre los niños más pequeños)», «dolor insoportable», «luchan por separarse de la pareja y pueden hacer violentos intentos de evitar el clímax, pese a que obtienen placer evidente de la situación».

Otra fuente de Kinsey a partir de 1943 (en el transcurso de la Segunda Guerra) fue un oficial alemán nazi, Fritz von Balluseck, quien en 1957 fue condenado por violar a niños durante más de treinta años. Según se dice, el juez afirmó: «Tenía la impresión de que molestabas a los niños para impresionar a Kinsey y entregarle material».

Kinsey alegaba que el 95 % de los hombres cometía delitos sexuales, por lo que la sociedad debía redefinir el concepto de «normal» y reducir las sanciones para tales faltas. Declaró en representación de abusadores de niños y su trabajo contribuyó a modificar las leyes para que sean indulgentes con los delitos sexuales.

«Por supuesto, cuando entrevistamos a los pederastas sabíamos que continuarían con la actividad, pero no hicimos nada al respecto», dijo a un periódico Paul Gebhard, socio de Kinsey. «No hubiera podido haber investigación alguna si los denunciábamos».

Gebhard, que llegó a ser director del Instituto Kinsey, dijo más tarde: «Era ilegal y sabíamos que era ilegal y es por eso que mucha gente está furiosa».

Kinsey garantizó «el anonimato a sus informantes» y evitó «todo juicio de valor sobre su conducta», afirmó John Bancroft, director del Instituto Kinsey.

Una de las víctimas de los abusadores de menores de Kinsey se hizo presente. Cuando «Esther White» (seudónimo) tenía 9 años, encontró una hoja de papel «y mi padre estaba tildando cosas que me estaba haciendo a mí». Después de que Kinsey entrevistó a Esther, le entregó a su abuelo un cheque por alrededor de 6 mil dólares.

Con el objeto de promover la ideología de Kinsey mediante la educación sexual, en 1964, el Instituto Kinsey lanzó Siecus (siglas en inglés para el Consejo de información y educación sexual de los Estados Unidos). Este ya cuenta con el reconocimiento de la ONU, donde se ha vuelto muy influyente. La educación sexual integral de Siecus enseña a los niños de cinco años sobre la masturbación y que tomar participar de conductas sexuales con otros es muestra de afecto.

El Instituto Kinsey ofrece becas en homenaje a John Money, pionero de la «identidad de género» y responsable de la «reasignación» de sexo a un niño narrada en el libro El niño que fue criado como niña. A la larga, el muchacho se suicidó. La clínica de identidad de género de Money en el hospital Johns Hopkins fue cerrada por su sucesor.

La agrupación homosexual ILGA perdió la acreditación en la ONU en 1993 debido a sus vínculos con agrupaciones que promueven la pedofilia.

Un documento de WikiLeaks titulado «Certificado de pedofilia» muestra que Estados Unidos realizó un «análisis meticuloso» en 2010 y los organismos de la ONU certificaron que ninguno había acreditado ninguna organización que promueve o excusa la pedofilia.