Aborto “esencial” en el plan de financiación COVID-19 de $2 B de la ONU
NUEVA YORK, 3 de abril (C-Fam) El aborto impregna la respuesta de financiación recién publicada de la ONU a la pandemia COVID-19.
El llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, de 2.000 millones de dólares para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al nuevo virus corona publicado la semana pasada, pone de relieve repetidamente la “salud y los derechos sexuales y reproductivos” como un área prioritaria de seguridad alimentaria y política sanitaria. Contraviniendo a los gobernadores estatales de los Estados Unidos que quieren concentrar a todo el personal médico en la emergencia del coronavirus, los funcionarios y el personal de las Organizaciones Mundiales de Salud están promoviendo el aborto como un “servicio esencial”.
Desde el comienzo de la crisis del coronavirus, a principios de marzo, mientras los gobiernos buscaban orientación sobre cómo tratar el coronavirus, funcionarios del organismo internacional de salud promovieron el aborto en una directriz sobre “Manejo clínico de la infección respiratoria aguda grave”.
“Las opciones y los derechos de las mujeres a la atención de la salud sexual y reproductiva deben respetarse independientemente de su condición de COVID-19, incluido el acceso a la anticoncepción y el aborto seguro en toda la extensión de la ley”, dice el manual de la OMS, después de señalar que no hay complicaciones conocidas relacionadas con el embarazo del nuevo coronavirus.
La semana pasada, un empleado de la OMS dijo que la OMS ha estado trabajando para garantizar que los medicamentos abortivos se consideren “esenciales” durante un seminario web organizado por una revista pro-aborto. Elogió a los grupos de aborto instando a los gobiernos a designar el aborto “esencial”. También promovió la opinión oficial de la OMS de que, cuando el acceso al aborto es difícil, las mujeres deben autoadministrarse los abortos.
El llamamiento del Secretario General Antonio Guterres en todo el sistema de las Naciones Unidas hace de la “salud sexual y reproductiva” una categoría esencial en la respuesta DE COVID-19. Hace un llamamiento a la respuesta humanitaria que debe guiarse por el “Paquete de Servicios Iniciales Mínimos” o el MISP, para la salud reproductiva en situaciones de emergencia. El manual de la ONU que contiene el MISP dice que el personal médico debe referirse para los abortos incluso contra sus conciencias. Asigna 140 millones de dólares al fondo de población de las Naciones Unidas a favor del aborto.
UN funding is not subject to the Trump administration’s expanded Mexico City Policy. That abortion is such a central component of the UN response to the COVID-19 emergency therefore undoes Trump administration’s pro-life foreign policy, despite the fact that Republicans in Congress kept abortion out of the 1.3B U.S. COVID-19 response legislation. The UN funding undercuts U.S. restrictions on abortion funding like the Mexico City Policy, which stopped some abortion groups from receiving U.S. foreign health aid. It undermines the Helms amendment Amendment to U.S. foreign aid law, which prohibits the use of any U.S. foreign assistance from being used to perform abortion.
Pro-life advocates have argued that because of such loopholes in the Mexico City Policy, the Trump administration must continue to aggressively expand and apply pro-life restrictions on abortion funding like the Helms Amendment, Mexico City Policy, and the Siljander Amendments to international institutions. Currently, there are not effectivceeffective oversight mechanisms to ensure compliance with U.S. pro-life laws and policies in the U.S. foreign policy apparatus at the Congressional and U.S. agency level.
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