Análisis: A todo esto, ¿de quién es el informe?
NUEVA YORK, 10 de febrero (C-FAM) En las últimas semanas, un nuevo trabajo que sostiene que todas las naciones deberían legalizar las leyes de aborto fue descrito por las agencias de noticias como un estudio fidedigno de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero la letra pequeña del documento dice que no se trata de un informe de la OMS. ¿Por qué no coinciden?
El informe revela que el aborto «riesgoso» se incrementó en los últimos años, a pesar del hecho de que los abortos, en general, están disminuyendo. Llega a la conclusión de que, para lograr que sea «seguro» y para reducir las muertes maternas en el mundo entero, deberían revocarse las leyes de aborto restrictivas.
La cobertura de prensa sirvió principalmente para difundir más que criticar el informe, que fue publicado en la revista médica británica The Lancet. Esta también lo definió como un estudio de la OMS en conjunto con el Guttmacher Institute, que es la rama de investigación de Planned Parenthood, organización que promueve y defiende el aborto.
Lo que estuvo particularmente ausente en la cobertura periodística de la noticia fue que la OMS se distanció tanto de las posturas contenidas en el informe como de aquellas presentes en análisis previos de los mismos autores. Dos de ellos, entre estos, un miembro del personal de la OMS, colaboraron anteriormente en un trabajo que afirma que el aborto es un derecho humano.
Hace tan solo un mes, un alto funcionario de la OMS solicitó que los signatarios de los Artículos de San José eliminaran de los Artículos una nota al pie que hacía constar que la OMS había dicho: «[el] acceso al aborto seguro y legal es un derecho fundamental de las mujeres, independientemente de dónde vivan». (Los Artículos de San José son una declaración de especialistas acerca de la condición del niño por nacer en el derecho internacional). La cita apareció en un trabajo de la OMS publicado en el sitio web de la organización y ella remite a la OMS cualquier consulta sobre sus hallazgos. No obstante, el funcionario afirmó que debido al descargo de responsabilidad que figura en la letra pequeña del trabajo, los Artículos no podían decir con exactitud que la OMS adoptaba esa visión. Los organizadores de los Artículos de San José eliminaron la nota.
El nuevo informe contiene el mismo descargo, que afirma: «Únicamente los autores son responsables de las posturas expresadas en este documento y no representan necesariamente las decisiones, políticas o visiones de las instituciones a las que pertenecen o aquellas de las entidades financiadoras».
Especialistas criticaron fuertemente la metodología del reciente informe, incluso la falta de datos relativos al aborto, la confianza en estadísticas de aborto arbitrariamente infladas, la combinación de abortos espontáneos con aquellos que son planificados o inducidos, y el uso de términos cuasi legales para definir su variable dependiente, el aborto «seguro».
Tales fallas fundamentales hubieran concedido al documento mucha menos credibilidad de la que recibió. Posiblemente, fue el imprimátur de la OMS lo que llevó a muchos a pasar por alto los errores en la prisa por difundirlo.
Esto suscita una pregunta: ¿cuál es la postura de la OMS si no ratifica la declaración de que el aborto es un derecho humano? Y ¿cuál es su postura respecto de si todas las naciones deben liberalizar sus leyes de aborto, que es la conclusión de su informe más reciente?
Si la posición de la OMS es neutral, ¿por qué no lo dice este documento? La ausencia de una declaración tal deja a los lectores y a los periodistas con la impresión de que la inequívoca declaración sobre el aborto es la postura de la organización que el informe difunde.
Friday Fax pidió a la OMS que respondiera estas preguntas, pero la organización no hizo comentarios.
Resulta razonable concluir que los funcionarios de la OMS están intentando ambas cosas: ratificar la polémica investigación y permitir que la organización niegue posturas cuando se la presiona.
Científicos notaron que el papel de la OMS de confeccionar políticas entra en conflicto con su función de investigar en el área de la salud reproductiva. Recomendaron encarecidamente a sus colegas de la OMS que abandonaran el costado político de su trabajo. La presencia de un descargo en este último estudio altamente controvertido y gravemente defectuoso, hace que esta recomendación sea más contundente (y urgente).
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