Análisis: Conferencia de la ONU usa datos engañosos para forjar políticas

By N/A

NUEVA YORK, 15 de marzo (C-FAM) A medida queas de 2013legacive la ideologores quolecciesis bebñes. las negociaciones de la 57.a sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la mujer se tornaban más intensas, una estadística sobre la violencia contra la mujer que da qué pensar se repetía en salas de conferencias y en informes de los medios. Con frecuencia se la usó como fundamento para promover el aborto. No obstante, se trata de una deshonesta tergiversación de los hechos. Su autora, defensora del aborto, es miembro de la delegación estadounidense ante la Comisión.

La Agence France-Press informó el 5 de marzo, en la segunda jornada de sesiones: «Se dio mucha importancia en [la sesión] a un informe del Banco Mundial que estima que más mujeres de entre 15 y 44 años mueren asesinadas violentamente que aquellas que fallecen a causa de la malaria, el VIH, el cáncer, los accidentes y la guerra en conjunto». Múltiples organismos de las Naciones Unidas usan esta estadística y ella figura en  recursos oficiales de la ONU para oradores. El 13 de marzo, se la citó en una editorial del New York Times que critica a la Santa Sede y a sus aliados por mantenerse firme contra los esfuerzos feministas por convertir la reunión de la Comisión en un llamado al acceso mundial al aborto.

Dicha estadística, que figura de muchas maneras, pareció por primera vez en un artículo de 1994 escrito en coautoría con Adrienne Germain, activista que desde hace mucho tiempo promueve el aborto y que actualmente integra la delegación estadounidense ante la comisión sobre la condición de la mujer. En una tabla del artículo, Germain y sus colegas comparan la violencia doméstica y la violación con una serie de fuentes de agresión contra mujeres en edad reproductiva, y admite en una nota al pie que la comparación persigue «fines ilustrativos», ya que la violencia doméstica se analiza y se clasifica de manera diferente que el resto de la información de la tabla.

La elección del cáncer y de la malaria es asimismo engañosa. Los datos del estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad 2010 revelan que el mayor daño provocado por dichas enfermedades ocurre fuera del rango comprendido entre los 15 y los 44 años de edad. La comparación con el VIH es absolutamente incorrecta y parece haber sido inventada por el periodista de la AFP. Su conclusión es particularmente inquietante ya que el VIH pasó de ser la causa número 33 de carga de morbimortalidad en 1990 a ser la quinta en 2004, donde permaneció hasta 2010. La carga de morbilidad es una herramienta utilizada en investigación sobre salud pública para cuantificar los efectos combinados de la discapacidad, el mal estado de salud y la muerte prematura.  

Además de basarse en una comparación deficiente y de ser aún más exagerada en las noticias, esta estadística se basa en información del Banco Mundial de 1993, que es anterior a la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994 y no incorpora los efectos de los esfuerzos realizados en la ONU y dentro de los estados miembros y de las comunidades para hacer frente a la violencia contra la mujer.

En el trabajo de 1994 que contiene la fuente de la estadística, los autores lamentan el hecho de que la definición provista por la ONU sobre la violencia contra la mujer «excluye leyes, políticas o desigualdades estructurales que podrían ser interpretadas como violentas (leyes contra el aborto, políticas de ajuste estructural)». La coautora Germain  ha trabajado con el Consejo de Población, la Fundación Ford y la International Women’s Health Coalition  para promover el acceso al aborto en todo el mundo deshaciéndose de las leyes que protegen a las mujeres y a los bebés.

En una actividad realizada en el transcurso de la sesión de la Comisión, Saraswathi Menon, Directora de la División de Políticas de ONU Mujeres, manifestó su preocupación ante la falta de estadísticas de calidad. «Cuando los asuntos importantes no se priorizan en la recolección de datos, entonces es fácil que se los ignore en las discusiones mundiales».

«Los datos deficientes son realmente peores que ningún dato», añadió la epidemióloga Henriette Jansen.