Análisis: líderes europeos usan leyes de guerra a fin de presionar a EE.UU. para que financie abortos en África

By Susan Yoshihara, Ph.D.

NUEVA YORK, 26 de abril (C-FAM) Los líderes europeos que presionan al presidente Obama para que subvencione abortos en África sostienen que una innovadora interpretación de leyes que rigen en la guerra debería tener prioridad sobre las restricciones estadounidenses a la financiación del aborto. Para probar sus argumentos, elevan las opiniones de algunos especialistas de un cuerpo de leyes diferente: los derechos humanos.

Poco tiempo atrás, los europeos criticaron las restricciones estadounidenses «en contextos de conflicto armado». Noruega encabezó el ataque citando un informe de una agrupación presidida por Janet Benshoof, que defiende el aborto desde hace muchos años, como prueba de que Estados Unidos viola los Convenios de Ginebra, que regulan el comportamiento durante la guerra.

Parlamentarios británicos de izquierda, entretanto, se quejaron de que las políticas estadounidenses impiden a los ciudadanos del Reino Unido acatar dichas leyes de guerra, así como sus propias políticas de aborto. La política de Estados Unidos ha exacerbado el dolor y el sufrimiento de las mujeres violadas durante las guerras de la República Democrática del Congo, dijo la baronesa Glenys Kinnock en una editorial publicada recientemente. Más de cuarenta parlamentarios liberales escribieron al presidente estadounidense para reprobar el régimen de su país. Kinnock y los legisladores del Reino Unido aseguraron que las directrices de la nación norteamericana impiden a las principales organizaciones benéficas proveer o incluso hablar del aborto. La baronesa citó informes de organizaciones proabortistas que respaldan sus opiniones. 

Con un toque de ironía, incluso el gobierno británico negó esa afirmación, y el organismo de ayuda del Reino Unido para el extranjero dijo que las normas estadounidenses (e incluso su legislación interna) no impidieron el financiamiento británico de servicios de aborto. «Las normativas de Estados Unidos sobre la prestación de servicios de aborto no afectan el financiamiento del Reino Unido», dijo el organismo en una declaración escrita presentada en respuesta a un programa de la BBC, y añadió que los británicos interpretan las leyes de guerra de modo tal que les permiten realizar, y no solo financiar, abortos incluso en lugares donde es ilegal. La República Democrática del Congo cuenta con leyes de aborto sumamente protectoras.

Los políticos europeos de izquierda hacen causa común con los demócratas liberales de Washington que buscan desarticular la política de Estados Unidos. La británica Kinnock reclamó solidaridad con los demócratas del Congreso estadounidense que exigieron una interpretación más relajada de la legislación que implementó el financiamiento (la Enmienda Helms de 1973). La ley dice que la ayuda estadounidense no puede subvencionar el aborto como método de planificación familiar en el exterior. Los congresistas, liderados por Lois Capps (demócrata del estado de California), dijeron que los organismos de socorro actúan desacertadamente, como si existiera una prohibición general para todos los servicios de aborto  pese a que una ley de 1994 disminuyó las restricciones para permitir el asesoramiento en lugares donde el aborto no es ilegal.

Cuatro parlamentarios europeos de un grupo de trabajo sobre salud reproductiva exigieron que el presidente Obama revirtiera la política basándose en opiniones del Comité de Derechos Humanos de la ONU, según las cuales las leyes de aborto protectoras son «crueles e inhumanas». Pero el parecer de dicho comité es tan polémico que el año pasado Perú desairó otra de sus observaciones que acusaba al país de violar los acuerdos de derechos humanos porque su legislación protege del aborto a los niños discapacitados. Perú no solo dijo que el comité malinterpretó el tratado, sino que también se excedió en su mandato al afirmar cosa semejante.

Los críticos de la política estadounidense se valen de los Convenios de Ginebra de 1949, de los que Estados Unidos es parte, y de las revisiones de 1977, a las que el país nunca adhirió. Dicen que igualmente está obligado por las últimas revisiones, y afirman que estas establecen la «costumbre» internacional, que se impone en todas las naciones.

Uno de los artículos de las Convenios que fue acordado por todas las partes dice que las naciones no pueden «discriminar» al brindar atención a los heridos y que no pueden usar tratos «crueles e inhumanos». Louise Doswald-Beck, ex directora de la división legal de la Cruz Roja Internacional, dice que esto significa que Estados Unidos debe proveer abortos. Para interpretar las obligaciones de ese país, Doswald-Beck invocó una declaración efectuada en 2013 por un relator especial de la ONU sobre la tortura que sostuvo que las leyes que protegen la vida por nacer del aborto son crueles e inhumanas.

Asimismo, citó una recomendación general del comité que supervisa el cumplimiento de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Este afirmó que las leyes que protegen a los no nacidos discriminan a las mujeres porque los hombres no pueden quedar embarazados.