Cardenal Burke: las familias deben proclamar el Evangelio de la Vida

By Stefano Gennarini, J.D.

ROMA, 21 de junio (C-FAM) La familia es el modo central de proclamar el «Evangelio de la Vida» dijo un destacado funcionario vaticano durante la celebración de la encíclica de Juan Pablo II con ese nombre, la cual se extendió durante un fin de semana.

En la familia, «los hijos son testigos del Evangelio de la Vida en la relación de sus padres entre sí y en la relación entre sus padres y ellos», dijo el Cardenal Raymond Leo Burke en comentarios efectuados en el transcurso de una conferencia celebrada durante la reunión conmemorativa. Burke, Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, afirmó: «En el centro de la observancia del Año de la Fe debe haber una nueva lectura de la Carta Encíclica ».

El dr. Douglas Sylva presidió la conferencia patrocinada por C-FAM, editor de Friday Fax, junto con el Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización. Sylva es el Presidente de la Junta Directiva de C-FAM.

El Papa Francisco celebró la Santa Misa conmemorando el domingo 16 de junio como un día para recordar el Evangelio de la Vida, que Juan Pablo II dio a conocer en su encíclica Evangelium Vitae, la cual, casi indiscutiblemente, constituye la denuncia del aborto y de la eutanasia más completa y fidedigna.  

La carta de 1995 fue el golpe de gracia que aplacó la campaña por el derecho internacional al aborto en la década del noventa. Juan Pablo la escribió en el momento en el que la Casa Blanca, al mando de Clinton, y agrupaciones abortistas intentaban crear ese derecho en conferencias de la ONU celebradas en El Cairo y Beijing, en 1994 y 1995. La encíclica representa un continuo recordatorio de su fracaso entonces y ahora.

Haciendo eco del Beato Juan Pablo II, el Cardenal Burke advirtió que las sociedades laicas que no reconocen a Dios pierden de vista el «misterio del propio ser del hombre». Si no comprenden la dignidad humana, las sociedades miden a los seres humanos únicamente en términos de lo que poseen y producen, allanando el camino para el relativismo moral y, en última instancia, para «la supremacía del fuerte sobre el débil».

Burke dijo a los asistentes que la dignidad inviolable de la vida humana no es una cuestión religiosa, sino algo que se encuentra «en la propia base del bien común», e instó a los católicos a involucrarse en la esfera pública y dar a conocer la verdad del Evangelio de la Vida. Estas observaciones tuvieron lugar la misma semana en la que el New York Times presentó un artículo sobre el surgimiento de políticas anticristianas en Europa. 

Burke sostuvo que las familias saludables dependen de una «nueva proclamación de la verdad referente a la mujer y a  la maternidad» que defiende las virtudes de la pureza, de la castidad y de la modestia, y el respeto por la integridad del matrimonio y de la familia.

Lamentó que la «sexualidad humana ya no se ve como el don de Dios» y que, en cambio, se la usa «como herramienta para la gratificación personal». Incluso advirtió que el «futuro de la cultura occidental» depende de la restauración de una interpretación adecuada de la sexualidad.

Burke reconoció el papel «irreemplazable» que tiene el derecho en la configuración de las culturas y resaltó «el desarrollo y el respaldo de medios verdaderamente provida y profamilia» como herramienta esencial para educar al público, especialmente cuando los masivos «confunden y corrompen las mentes y los corazones, y embotan las conciencias para la ley escrita por Dios en cada corazón humano».

Comentando acerca de la reunión, el presidente de C-FAM, Austin Ruse, dijo: «Estamos orgullosos de prestar servicio a varias oficinas del Vaticano a lo largo del año y particularmente felices de haber trabajado con el Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización en esta maravillosa celebración de la vida».