El Estado profundo lucha contra la política exterior pro-vida.

By Stefano Gennarini, J.D. y Lisa Correnti

NEW YORK, 12 de octubre (C-Fam) Los funcionarios públicos de Carrera del Departamento de Estado se están resisitiendo firmemente a los intentos de los funcionarios de la administración Trump de cerrar resquicios legales en la renovada y extendida Política de la ciudad de México.

La prensa de izquierdas de política extranjera ha publicado recientemente una serie de artículos atacando a las personas designadas por el Departamento de Estado para dar los pasos necesarios que capten más fuentes de financiación en concordancia con la política provida del presidente al otro lado del Atlántico.

Los burócratas del Departamento de Estado filtraron información sobre los funcionarios pro-vida de Trump que reclaman que se asigne  la financiación estadounidense a agencias de la ONU que sean consistentes con las condiciones señaladas en la politica ejecutiva del presidente Trump en la Protección de la Vida en la Asistencia Sanitaria Global (PLGHA).

La nueva política cerró filtraciones en la política de la administración Bush pero dejó otras abiertas. Desde que Bush dejó la Casa Blanca, la  International Planned Parenthood Federation integró los servicios de planificación familiar y el aborto en los tratamientos del SIDA para aprovechar al máximo las nuevas fuentes de ingresos. Alrededor de 6 billones de dólares son destinados anualmente por parte del Congreso para el tratamiento y prevención del Sida, en comparación con los escasos 600 millones que se adjudican para la planificación familiar. Expandiendo la política a toda la Asistencia Sanitaria Global, la administración Trump ha clausurado la vía del VIH como financiación del gigante del aborto.

Pero la política pro-vida de Trump no cubre la asistencia humanitaria en USA, organizaciones multilaterales y contratos preexistentes a la administración Trump.

International Planned Parenthood Federation es una organización compañera y ejecutora de los programas de las agencia de la ONU con UNICEF, UN Women, y UNAIDs, para quienes EE.UU. es un contribuyente significativo. Y las propias agencias de la ONU  promueven de forma rutinaria el aborto, desafiando abiertamente las restricciones de financiación del congreso y del ejecutivo de EE.UU. con respecto a las actividades relacionadas con el aborto.

Los funcionarios de la administración Trump están controlando las contribuciones de EE.UU. a agencias de la ONU para prevenir el uso de presupuestos estadounidenses en la promocion y ejecución de abortos a través de dichas agencias y sus allegados. Pero el resquicio más significativo de la política pro-vida internacional de la administración Trump permanece.

Los grupos abortistas todavía pueden recibir financiación mientras no realicen o promuevan “el aborto como un método de planificación familiar”. Esto solo permite como  excepción el aborto para espaciar los nacimientos según el contrato internacional que las organizaciones no gubernamentales firmaron con el gobierno de EE.UU. No prohibe abortos “levados a cabo si la vida de la madre estuviera en peligro si el feto fuera llevado a término,  o abortos realizados después de una violación o de un incesto”.

Este resquicio es lo suficientemente amplio como para que solo 4 organizaciones, de entre más de 733 candidatas a recibir la Asistencia Sanitaria Global, se quedaran fuera de la política, de acuerdo con la primera revision de este año. Muchos grupos abortistas continúan recibiendo fondos de EE.UU., incluyendo Population Services International, durante largo tiempo defensores y facilitadores del “aborto seguro”.

El Washington Post informa que, en los aproximadamente 60 países que reciben la Asistencia para la Salud Global, el impacto de la política podría ser mínimo.

De 64 países receptores de la Asistencia para la Salud Global de EE.UU., 27 tienen leyes restrictivas del aborto coherentes con las excepciones permitidas bajo el Tratado de la Ciudad de Mexico, según un informe de la Kaiser Foundation.

Los gigantes de la industria abortista Marie Stopes y la International Planned Parenthod Federation podrían haber cumplido los requisitos para mantener la financiación de EE.UU. en estos países. Sin embargo, renunciaron para continuar proporcionando el “aborto a demanda” como un derecho humano y encontraron fuentes alternativas de financiación  de gobiernos europeos para ello.

Incluso, aunque la política de EE.UU. haya tenido un mínimo efecto en la financiación del aborto al otro lado del Atlántico, los países europeos y los altos cargos todavía recaudan cientos de millones para recuperarla a través de la campaña “Ella decide”.

Palabras clave: Aborto; Protección de la vida en la Asistencia Sanitaria Global; Política de la Ciudad de México; Enmienda de Helms.

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