Embajadores acusan a organismo de la ONU de acoso y de ejercer influencia indebida

By Stefano Gennarini, J.D. | April 24, 2015

El embajador Usman Sarki de Nigeria

NUEVA YORK, 24 de abril (C-Fam) En un caso poco común de presión puertas adentro que trascendió en el recinto de una reunión de la ONU, un delegado de la isla pacífica de Nauru recriminó airadamente al Fondo de Población de la ONU por «acosar» a su gobierno y «difamar» a su delegación ante las Naciones Unidas.

«¿El Fondo de Población piensa que puede hacer esto porque Nauru es el estado miembro más pequeño?».

El dr. Babatunde Osotimehin respondió del mismo modo en el cierre de la 48a. sesión de la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas, el pasado viernes. El director de Fondo de Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), que cuenta con un presupuesto de mil millones de dólares anuales acusó con enfado a los países que tienen inquietudes respecto de las políticas de salud sexual y reproductiva, o las consideran como puertas de entrada para los derechos sexuales y el aborto, de no ser «tolerantes».

Tras dos semanas de negociaciones, la comisión no pudo alcanzar un acuerdo sobre cómo tales políticas deberían ser integradas en el nuevo plan de desarrollo de la ONU, tema principal de la sesión de este año.

La presidente belga puso fin a una resolución en vez de amoldar las inquietudes restantes en el proyecto conciliatorio que ella elaboró.

Delegaciones africanas y otras querían omitir o precisar términos como «educación sexual integral» y «salud sexual y reproductiva y derechos reproductivos» en el proyecto del documento (expresiones que suponen la aceptación social de la homosexualidad, los derechos sexuales para los niños y el aborto).

El embajador Usman Sarki de Nigeria emitió un mensaje mordaz en representación de los africanos. Criticó a los gobiernos y a los activistas que utilizan el trabajo de la ONU en pos del desarrollo para promover cuestiones sociales polémicas.

«Vinimos a la reunión con la mente abierta», sostuvo Sarki, y objetó que desde el comienzo tuvieron que hacer frente a proyectos «repletos de temas controvertidos que en el pasado no solo demostraron ser difíciles de afrontar sino que también son de naturaleza sumamente divisiva».

Sarki instó a los países a no desviarse de los «derechos humanos universalmente acordados», frase que excluye los derechos homosexuales y el aborto, que no se encuentran establecidos en el derecho internacional.

Un informe reciente de la ONU que revela el deseo de los países donantes de usar la nueva agenda de desarrollo para promover la homosexualidad y el aborto consolidó la determinación de los africanos.

Sarki además lamentó los intentos de manipulación de las negociaciones por parte de burócratas de la ONU que ejercen influencia sobre los funcionarios en los parlamentos y en la sede de las Naciones Unidas. Las negociaciones de la ONU deberían estar «libres de toda influencia indebida, presión y coerción», sostuvo.

Los delegados africanos se quejaron en privado de la presión sin precedentes que ejerce el Fondo de Población en las capitales de sus naciones y en Nueva York, en especial para incluir «la educación integral sobre la sexualidad humana» en el acuerdo, la cual promueve la actividad sexual en niños de tan solo 5 años.

Un delegado de El Salvador, que encabezó las negociaciones, estaba particularmente decepcionado. Culpó principalmente a aquellos que buscaron «imponer» su voluntad en las negociaciones de la ONU y pidió respeto hacia las diversas posturas. Al mismo tiempo, censuró a los países que «refrenan a otras personas» sobre la ampliación de las nociones de salud sexual y reproductiva.

John Wilmoth, principal demógrafo de la ONU, dijo al término de la reunión que estaba «estupefacto».

Normalmente, los países que objetan uno o algunos términos aprueban la resolución pero formulan reservas que clarifican su postura. Esta vez, los africanos querían suprimir y calificar los términos controvertidos.

Sarki explicó que el hecho de no llegar a un acuerdo no fue para nada un fracaso, sino un avance positivo. «Los estados miembros se han negado a la imposición de ideas y conceptos poco útiles sobre todos los miembros».

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano