Enviada de la ONU apoya la compraventa de niños

By Stefano Gennarini, J.D. | September 13, 2019

NEW YORK, 13 de septiembre (C-Fam) Un representante de la ONU implicado en la lucha de la compraventa de niños se ha declarado a favor de la compraventa de niños en cuanto a la gestación comercial subrogada.

En su reciente informe a la Asambela General, la Relatora Especial de la ONU sobre la venta de niños, Dña. Maud de Boer-Buquicchio, urge a los países a ratificar los acuerdos de gestación subrogada a nivel internacional. El informe reclama también que las parejas homosexuales encarguen niños a través de la subrogación como un imperativo de los derechos humanos, y afirma la capacidad de las partes contratantes para no adoptar a un niño nacido a través de un acuerdo de gestación subrogada.

“Una interpretación estricta de la noción de venta o tráfico de niños como  acto criminal puede tener nefastas consecuencias”, mantuvo de Boer-Buquicchio en su informe.

Esto no es nuevo. En un informe previo emitido el año pasado, la relatora especial explicó a los estados miembros de la ONU que la gestación subrogada “podría ser conducida de modo que no constituya venta de niños si estuviera claro que la madre subrogante fuera a ser solamente retribuída por servicios gestacionales y no por la transferencia del bebé”

Su postura fue criticada vehementemente por los Estados Miembros de la ONU y la sociedad civil quienes señalaron crecientes abusos como resultado de la industria de la gestación subrogada, incluyendo niños abandonados, abortos inducidos, la mercantilización de niños, el tráfico de mujeres y niños, así como niños a los que se pone diferente precio según su género y características.

A pesar de estas preocupantes tendencias, de Boer-Buquicchio no se movió de su posición en favor de la regulación de la subrogación en lugar de prohibirlo, incluso llegó a decir que la prioridad máxima debe ser “prevenir la mercantilización de los niños”.

En su último informe, de Boer-Buquicchio urge a los países que abanderan la gestación subrogada a reconocer las disposiciones  de subrogación llevadas a cabo en sus países. Pide a las naciones que adopten un tratado y un modelo legislativo que lo permita.

En visible contradicción, mantiene al mismo tiempo que “los padres pretendientes” en contrato de subrogación no deberían ser forzados a cuidar de los niños nacidos de tales acuerdos.

“En la práctica,  ni una gestante subrogadora ni un(os) padre(s) pretendiente(s) deberían ser forzados a mantener una responsabilidad parental involuntariamente”, declara el informe.

Gran parte del informe está dedicado a interpreter el derecho internacional de modo que justifica las prácticas de la industria de la gestación subrogada.

La relatora lee al pie de la letra “el derecho del niño a saber y ser cuidado por sus padres”. Este derecho, amparado por la Convención de los Derechos del Niño, no se aplica en cuanto al modo en que niño es concebido, según de Boer-Buquicchio. Solamente quiere decir que un niño debería tener “acceso a sus orígenes”. Incluso entonces, la relatora mantiene que esto se tiene en cuenta solo donde es “factible”.

La relatora también dice que la familia “no queda definida en la ley internacional de derechos humanos” y que “es crucial asegurar que el acceso a toda la gama de recursos santarios, bienes, servicios e información” no se le deniega a nadie “basándose en la orientación sexual o identidad de género  de sus padres contratantes”.

Mientras la relatora dice que no existe tal cosa como un “derecho para un niño”, cita los “derechos sexuales y reproductivos de salud” como justificación para la maternidad subrogada, especificamente el derecho a la autonomía corporal y sexual y “el derecho a decidir libre y responsablemente el número, espacio y frecuencia con que tendrán a sus hijos, asi como  tener al alcance la información y los medios para hacerlo”.