Estados Unidos se desvincula del sistema de derechos humanos de la ONU

By Rebecca Oas, Ph.D.

WASHINGTON, D.C. 14 de noviembre (C-Fam) Estados Unidos no se presentó a la sesión prevista del Examen Periódico Universal (EPU), en el que los países reciben recomendaciones de otros Estados miembros sobre su historial en materia de derechos humanos, lo que ha dado lugar a especulaciones sobre la posibilidad de que el Gobierno estadounidense se retire por completo del sistema de derechos humanos de la ONU.

Esta sería una decisión sin precedentes, incluso bajo el mandato del presidente Donald Trump, quien retiró a Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU durante su primer mandato, pero siguió participando en el Examen Periódico Universal. Por el contrario, a partir del día de la segunda toma de posesión de Trump, Estados Unidos dejó de contribuir a los exámenes de otros países y no presentó un informe nacional para su propio examen este año.  Además, Estados Unidos no ha colaborado con los distintos titulares de mandatos especiales de derechos humanos de la ONU durante sus recientes visitas a la Asamblea General.

Estados Unidos lleva mucho tiempo criticando las repetidas denuncias del Consejo de Derechos Humanos contra Israel y el hecho de que algunos de sus miembros sean conocidos por sus propios abusos contra los derechos humanos.  Un portavoz del Departamento de Estado afirmó que la participación de Estados Unidos en el EPU supondría respaldar al Consejo de Derechos Humanos, ignorando el hecho de que este no ha condenado las deficiencias de algunos de sus miembros.  Estados Unidos no debería «recibir lecciones sobre su historial en materia de derechos humanos de miembros del CDH como Venezuela, China o Sudán», afirmó el funcionario.

En el pasado, la Administración Trump podría haber estado dispuesta a establecer distinciones entre los gobiernos del Consejo de Derechos Humanos y el sistema más amplio de derechos humanos de las Naciones Unidas, pero esta distinción parece estar desapareciendo rápidamente.  El Gobierno de Estados Unidos es muy consciente de que su participación en organizaciones multilaterales les aporta tanto la credibilidad como la financiación que estos organismos no podrían obtener de otra manera.

Debido a los recortes de financiación de Estados Unidos, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos ha cancelado las sesiones de sus diversos órganos de supervisión de tratados y ha reducido los servicios de traducción de su sitio web.

Si bien la retirada del apoyo a las instituciones multilaterales está en consonancia con la política «America First» (Estados Unidos primero) de la administración Trump, su crítica al sistema de derechos humanos de la ONU va más allá.  Durante décadas, los expertos y comités de la ONU se han excedido en sus mandatos al presionar a los países para que “liberalicen” sus leyes sobre el aborto y acepten la homosexualidad y la ideología de género, a pesar de que estos conceptos no figuran en los tratados vinculantes de derechos humanos de la ONU.

En última instancia, el sistema de derechos humanos de la ONU se basa en la credibilidad que le otorgan los gobiernos nacionales. Muchos de los críticos más feroces de Estados Unidos por su negativa a participar en el EPU son aquellos que han tratado de utilizar el EPU y otros mecanismos de derechos humanos para promover agendas tan polémicas como el aborto, entre ellos la Unión Europea y algunas organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

El viernes, el Consejo de Derechos Humanos adoptó una decisión en la que se instaba a Estados Unidos a volver a participar en el EPU.  Un portavoz de la Unión Europea señaló que la «credibilidad e impacto» del mecanismo dependen de la participación universal.

Human Rights Watch señaló en un comunicado que numerosas organizaciones de la sociedad civil ya habían presentado sus propios informes al EPU criticando las acciones de Estados Unidos en cuestiones como «el retroceso en los derechos sexuales y reproductivos y los derechos de las personas LGBT».

La revisión de Estados Unidos en el EPU se ha reprogramado para el próximo año. Dado que Trump seguirá siendo presidente, hay pocos indicios de que Estados Unidos vaya a participar en la revisión.

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