Gobiernos se quejan de bajas tasas de natalidad en conferencia de población de la ONU

By Iulia-Elena Cazan | May 3, 2024

NUEVA YORK, 3 de Mayo (C-Fam) La Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas se vio envuelta en una oleada de quejas. Los países están en un pánico furioso por los resultados de la propaganda de décadas favoreciendo la reducción de las tasas de fertilidad. Aun así, los países occidentales y las agencias de la ONU redoblaron la necesidad de tasas de fertilidad más bajas.

Los gobiernos expresaron su preocupación porque las bajas tasas de fecundidad están amenazando a sus sociedades con un crecimiento económico anémico, escasez de mano de obra, insolvencia fiscal y otros problemas sociales en la reunión anual en la sede de la ONU en Nueva York.

La Misión iraní ante la ONU dijo que “La política de planificación de la familia y la reducción de la tasa de fecundidad figuran entre los objetivos de la Conferencia de El Cairo sobre Población y Desarrollo de 1994 para todos los países, sin tener en cuenta las variaciones e indicadores económicos, sociales y culturales. Esta política ha dado lugar a una fuerte disminución de la tasa de fecundidad en la mayoría de los países.”

El delegado iraní continuó: “En Irán, debido a la excesiva aplicación de políticas nacionales de planificación familiar, nuestro país se enfrenta ahora al riesgo de una crisis de envejecimiento de la población antes que otros países.” Irán ha experimentado la disminución más pronunciada de las tasas de fecundidad de cualquier país en la historia.

Alarmada por la disminución de la población, Bosnia y Herzegovina dijo a la conferencia: “Vamos a envejecer y cansarnos antes de que nos desarrollemos… Prevemos que en los próximos años Bosnia y Herzegovina necesitará anualmente un 3% adicional del PIB sólo para mantener la educación, la salud y las pensiones en el nivel actual.”

A pesar de los muchos gobiernos que se quejaron del desafío de la baja fertilidad, los representantes de población del establishment de la ONU trataron de proyectar la baja fertilidad de una manera positiva. José Miguel Guzmán, anteriormente asociado con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y ahora presidente de No Brainer Data, dijo que “la creciente desinformación sobre los cambios demográficos [y] escenarios cataclísmicos de envejecimiento de la población” están llevando a las personas a vivir en un “miedo irracional que obstaculiza su capacidad de tomar decisiones políticas informadas.”

Guzmán reconoció la realidad de la baja fertilidad generalizada y aparentemente irreversible en países de todo el mundo, pero dijo que “la disminución de la fecundidad puede considerarse una bendición, ya que ayuda a las mujeres a lograr el número de hijos que desean, reconocido por la CIPD. También tuvo un impacto favorable en la reducción de la mortalidad infantil, infantil y materna”.

Li Junhua, Subsecretario General de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, presentó un informe de la ONU que aboga por más inversiones para alentar a las mujeres a usar anticonceptivos y tener familias pequeñas “ya que los padres de familias más pequeñas pueden invertir más en cada hijo, lo que resulta en mejores resultados para la salud y la educación”.

En un evento paralelo de la CPD organizado por la Misión Permanente de Hungría ante la ONU, Lyman Stone, investigador del Instituto de Estudios de la Familia, dijo que la brecha de fertilidad muestra que las sociedades ricas no solo enfrentan un declive demográfico sino una brecha de fertilidad. En todas partes del mundo, mostró Stone, las mujeres no están logrando la fertilidad que desean y están teniendo menos hijos de los que quieren. Stone se mostró cautelosamente optimista de que los efectos de las políticas favorables a la familia a largo plazo, incluida la protección de la “familia natural” en la Constitución de Hungría, han contribuido a aumentar la fecundidad en Hungría de 1,2 hijos por mujer hace diez años a 1,6 en la actualidad.

Hace casi 25 años, la División de Población de las Naciones Unidas organizó una reunión de un grupo de expertos para examinar la cuestión de cómo podría reducirse la fecundidad. El consenso en ese momento era que nadie lo sabía.

 

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