La 47 Asamblea General de la OEA: Nueva Esperanza para la Vida y la Familia en las Américas

By Marianna Orlandi, Ph.D. | June 23, 2017

CANCUN, 23 de junio (C-Fam) Países latinoamericanos rechazaron esta semana la promoción de la ideología de género en una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El miércoles, la cuadragésima séptima Asamblea General de la OEA adoptó la resolución anual “Derechos humanos, orientación sexual, identidad de género y expresión”, como lo ha hecho desde 2008. Al mismo tiempo, sin embargo, se frustraron los intentos de avanzar en la protección de “derechos sexuales”.

Al no poder llegar a un consenso sobre esta resolución en la sede de la OEA, los Estados miembros celebraron negociaciones acaloradas en Cancún.

La propuesta de 2017 fue más allá de cualquier lenguaje previamente acordado, y más allá del derecho internacional. Mencionó “individuos con rasgos intersexuales” como una nueva categoría protegida y pidió la condena de la indefinida “homofobia y transfobia”.

Paraguay y Jamaica explicaron su negativa a adoptar la resolución, citando leyes nacionales y constituciones. Propusieron alternativas para llegar a un consenso; El “grupo-núcleo LGBTI“, sin embargo no se comprometió.

Luís Carlos García Escobar, representante de la Misión Permanente de Paraguay ante la OEA, lamentó la falta de voluntad de los patrocinadores de la resolución de modificar el nuevo texto de manera que sea aceptable para todos. “En lugar de trabajar para crear documentos consensuales, nos quedan acuerdos de adhesión”, explicó. “Estamos preocupados por esta dinámica”, dijo.

Julia Elizabeth Hyatt, de Jamaica, hizo eco de sus palabras, respaldada por las delegaciones de Suriname, Santa Lucía y Barbados.

Por primera vez desde 2008, los estados pro-familia no se sometieron a la presión de los defensores LGBTI. El último día se llegó a un consenso sobre la adopción de la resolución del año pasado. Las reservas en todo el texto provienen de Paraguay, Jamaica, Guatemala, Suriname, Santa Lucía, Trinidad y Tobago y Barbados.

Tras la aprobación de la Asamblea General, el Embajador de Canadá definió el resultado como “una oportunidad perdida”.

Sarah Flood-Beaubrun, Ministra de Relaciones Exteriores de Santa Lucía, explicó la posición de su país diciendo que “Santa Lucía no puede comprometerse con ninguna disposición que socave la institución de la familia, o que pueda conducir a la creación de” derechos sexuales “controvertidos que puedan entrar en conflicto con Los derechos de los niños y sus familias”.

Flood-Beaubrun recordó a la sala que las disposiciones internacionales obligatorias protegen a la familia como “la unidad natural y fundamental de la sociedad” y subrayaron el deber de su propio país de protegerla y proteger a los niños.

Los defensores pro-familia de las Américas habían esperado que la resolución se fuera a votación, que se esperaba estuviera cercana, pero se vieron reforzados, sin embargo, por el resultado, que siguió a las recientes victorias.

El 15 de junio, cientos de legisladores de las Américas se reunieron en la Ciudad de México, donde emitieron una declaración, firmada por más de setecientos políticos, denunciando explícitamente los intentos de la OEA de desatender la soberanía y reinterpretar el derecho internacional a través de un lente ideológico.

La Declaración insta a la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya la Comisión a respetar la familia y el derecho a la vida desde la concepción. Condena el aborto y reitera que no hay derecho a las uniones del mismo sexo, el matrimonio o la adopción homosexual en el derecho internacional.

Otro evento que apoyó a los defensores pro vida en la Asamblea General de la OEA fue la cálida recepción que los delegados dieron a una presentación de Andrea Flores, una mujer de veintiséis años afectada por una parálisis cerebral espástica.

Como miembro de la sociedad civil, Flores entregó el lunes una declaración a los Jefes de Estado de la OEA.

Ella condenó lo que ella llama “verdadera discriminación” -la de los niños discapacitados que comienza en el útero y continúa a lo largo de sus vidas. La sala, incluida la burocracia de la OEA, se enamoró de ella.