La Oficina de Derechos Humanos de la ONU sigue pregonando con bombos y platillos un nuevo derecho humano a la salud materna

By Samantha Singson

     NUEVA YORK, 25 de junio (C-FAM) – La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) presentó un nuevo informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que trata sobre «La morbilidad y mortalidad materna prevenible y los derechos humanos» y en el que se demanda un nuevo «derecho» a la salud materna.

     El pro-abortista Centro de Derechos Reproductivos (CDR) anunció el nuevo informe y presumió de su «papel destacado» en conseguir que la mortalidad materna fuera incluida en la agenda de derechos humanos. El CDR organizó durante la conferencia women Deliver 2, recientemente celebrada, tres paneles sobre la implementación de un «enfoque basado en los derechos humanos» para reducir la mortalidad materna.

     Dado que la mortalidad materna sólo afecta a las mujeres, el informe de la OACDH afirma que el hecho de que no se prevengan los daños y las muertes maternas constituye una violación al «derecho a la vida, al derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, y al derecho a no ser discriminado». Como prueba de la obligación de promover y proteger la salud materna, la OACDH cita las recomendaciones no vinculantes efectuadas por órganos de monitoreo de tratados de derechos humanos.
 
     En el corazón del informe se encuentra el argumento de que el «aborto riesgoso» es un factor principal de la mortalidad materna prevenible. En él se indica que los órganos de la ONU creados en virtud de tratados han solicitado a los países que «aseguren que las mujeres no sean forzadas a practicarse abortos clandestinos que ponen en riesgo sus vidas». Como parte de su obligación de reducir la mortalidad materna, la OACDH afirma que «asegurar el acceso de las mujeres a la salud materna y a otros servicios de salud sexual y reproductiva puede requerir que se aborden las leyes, políticas, prácticas e inequidades de género discriminatorias en la atención de la salud y en la sociedad».

     Las recomendaciones de la OACDH enfatizan el amplio uso del «enfoque basado en los derechos» en relación con la mortalidad materna a lo largo y a lo ancho de todo el sistema de la ONU. La OACDH también exige que los países encaren la «mortalidad materna en su dimensión de derecho humano» en sus revisiones periódicas y que los relatores especiales la incluyan en sus informes. A fin de «asegurarse» de que los países cumplen con las obligaciones asumidas para reducir la mortalidad materna prevenible, en el informe también se solicita el establecimiento de mecanismos de supervisión.

     Los testigos oculares de la presentación del informe en Ginebra la semana pasada estaban descontentos, ya que se tomaron medidas para no dar lugar a las intervenciones a favor de la vida. No se permitió que la Santa Sede, delegación gubernamental, se dirigiera a los asistentes, a pesar de que se concedió un espacio a las ONG proabortistas Amnistía Internacional y al Centro de Derechos Reproductivos.
 
     El representante de la Society for the Protection of Unborn Children (Sociedad para la Protección de los Niños por Nacer), Patrick Buckley, estuvo presente en la reunión de Ginebra y señaló las inconsistencias del informe de la OACDH. En éste se indica que los cuidados prenatales y la atención del parto por personal de salud calificado son los medios más efectivos para reducir la mortalidad materna. No obstante, Buckley dijo que el acento puesto en el acceso al aborto deja al descubierto la «campaña ideológica subyacente para establecer el aborto como un derecho humano» y representa una «negación fundamental y una distorsión del significado real de los derechos humanos genuinos».

     Se cree que el informe de la OACDH tendrá un gran impacto antes del examen de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se efectuará en la reunión de alto nivel de septiembre de 2010.

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano