Los Estados provida ganan al perder en la ONU

By Stefano Gennarini, J.D.

NACIONES UNIDAS, 28 de noviembre (C-Fam) Más gobiernos que nunca votaron a favor de eliminar el controvertido lenguaje relacionado con el aborto y las cuestiones LGBT en la Asamblea General de la ONU que se está celebrando actualmente.

En la Tercera Comisión de la Asamblea General, cuarenta y ocho gobiernos votaron a favor de eliminar el lenguaje sobre «salud sexual y reproductiva» de una resolución sobre la infancia. Setenta gobiernos votaron a favor de eliminar «orientación sexual e identidad de género» de una resolución sobre las personas con discapacidad.

En ambos casos, las enmiendas para eliminar los términos controvertidos fracasaron, pero los votos estuvieron más reñidos de lo que se imaginaba. Aunque setenta y cuatro gobiernos votaron a favor de mantener el lenguaje sobre la orientación sexual, ganaron por solo cuatro votos. Muchos de los gobiernos que votaron a favor de la agenda homosexual y transgénero lo hicieron únicamente por la presión de la Unión Europea. Más de cincuenta estados se abstuvieron o no votaron.

El reñido resultado de la votación es una llamada de atención para la Unión Europea y los gobiernos progresistas que promueven el aborto y la ideología de género en la política de la ONU. La votación demostró que existe una vía realista para eliminar por completo el aborto y la ideología de género de la política de la ONU, algo que pocos creían posible durante la primera administración Trump.

Decenas de delegaciones hicieron declaraciones en las que se quejaban del intento de corromper a los niños mediante una educación sexual explícita al estilo de la ONU y la promoción del aborto y los anticonceptivos para los niños sin el consentimiento de los padres.

En nombre de un grupo de gobiernos africanos, Nigeria se quejó de que las propuestas relacionadas con la importancia de la familia no se incluyeran en el borrador final, a pesar de basarse en las obligaciones de todos los Estados miembros en virtud de tratados internacionales vinculantes.

Una delegada de Burkina Faso, en nombre de Burundi, Camerún y Mali, dijo que el uso del término «salud sexual y reproductiva» «no puede interpretarse como que se da a los niños acceso a medicamentos y tratamiento médico sin el consentimiento de los padres». Afirmó que el término solo debe referirse a los servicios de salud que son «legales y están aprobados por las autoridades competentes» de cada país. Hizo hincapié en el «papel inalienable y central» de los padres en la educación de los niños.

El delegado de Argentina afirmó que los padres tienen la «responsabilidad principal» de proteger a los niños y que el Estado puede «apoyar, pero nunca sustituir» a la familia. Hizo hincapié en que la protección de la familia es un «principio estructural de la legislación sobre derechos humanos, consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos» y que forma parte del respeto al principio de subsidiariedad.

El delegado de Dinamarca, hablando en nombre de todas las naciones que forman parte de la Unión Europea, criticó la enmienda para proteger a los niños de la sexualización por considerarla «perjudicial para el contenido de la resolución» e instó a las naciones a mantener la «orientación sexual e identidad de género» en la resolución sobre las personas con discapacidad. Más temprano ese mismo día, también había criticado a las naciones en desarrollo de África y Asia por negarse a reconocer las uniones homosexuales como familias en una resolución sobre la familia. «Las familias son entidades vivas y dinámicas» y «existen diversas formas de familia», afirmó.

Las enmiendas que dieron lugar al debate fueron propuestas por Burundi y Egipto, respectivamente. La enmienda egipcia para eliminar el lenguaje sobre la homosexualidad y la identidad de género se presentó en nombre de los 54 Estados miembros de la Organización para la Cooperación Islámica.

La izquierda sexual entre los Estados miembros de la ONU y los burócratas de la ONU están cada vez más furiosos por la resistencia de los gobiernos tradicionales al aborto y las cuestiones LGBT. Han inventado un nuevo término, «antiderechos», para referirse a los gobiernos y ONG que se oponen a su agenda.

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