Los euros llevan el aborto al Consejo de Seguridad

By Stefano Gennarini, J.D.

NACIONES UNIDAS, 10 de octubre (C-Fam) Los gobiernos liberales occidentales se comprometieron el lunes en el Consejo de Seguridad de la ONU a convertir el aborto y el feminismo en un componente central de la política de seguridad mundial.

Un representante de la Unión Europea afirmó que la Agenda sobre las Mujeres, la Paz y la Seguridad (MPS) es «fundamental» para el Plan de Acción de Género de la UE, que incluye la promoción de la «salud y los derechos sexuales y reproductivos».

Los países nórdicos elogiaron al sistema de las Naciones Unidas por promover la salud y los derechos sexuales y reproductivos en los programas humanitarios.

Dinamarca hizo hincapié en que la salud y los derechos sexuales y reproductivos eran «innegociables». Irlanda pidió que se incluyeran programas específicos para las personas transgénero en las operaciones de paz mediante enfoques «interseccionales» y el reconocimiento de las mujeres «en toda su diversidad».

La delegación de los Estados Unidos dio su apoyo a la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad en términos generales, sin abordar sus aspectos controvertidos, a pesar de que se sabe que parte de la administración Trump se opone a ella.

A principios de este año, Pete Hegseth, secretario de Guerra de los Estados Unidos, redujo al mínimo todos los programas de Mujeres, Paz y Seguridad del Departamento de Guerra de los Estados Unidos, calificándolos de «iniciativa woke divisiva/de justicia social/de Biden que sobrecarga a nuestros comandantes y tropas». Cuando anunció la decisión, dijo que se trataba de un programa de la ONU «impulsado por feministas y activistas de izquierda. Los políticos lo adulan; las tropas lo odian».

Las preocupaciones de Hegseth parecen verse confirmadas por la forma en que los funcionarios de la ONU definen los programas de la organización. Esta semana, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y Sima Bahous, directora de ONU Mujeres, pidieron «paridad de género» en todos los procesos de paz y seguridad de la ONU, incluso mediante «objetivos y cuotas vinculantes» y financiación para grupos feministas de todo el mundo.

Se espera que la Administración Trump se oponga a este tipo de programas de la ONU respaldados por los europeos y los nórdicos. Esto sería coherente con la firme postura que adoptó la primera Administración Trump contra el aborto en las iniciativas de paz de la ONU en 2019.

En Trump 1.0, la embajadora estadounidense Kelly Craft amenazó con vetar cualquier resolución del Consejo de Seguridad que incluyera referencias a la «salud sexual y reproductiva». Declaró ante el Consejo de Seguridad de la ONU que «la ONU no debe ponerse en una posición de promover o sugerir el derecho al aborto, ya sea en el ámbito humanitario o en el del desarrollo».

Susan Yoshihara, presidenta del Consejo Americano sobre Mujeres, Paz y Seguridad (CAMPS), declaró al Friday Fax: «Solo podemos esperar que la segunda administración Trump adopte una postura firme, como lo hizo en su primera administración. No debemos permitir que la agenda MPS sea secuestrada por intereses especiales».

Yoshihara ha editado un libro recientemente publicado de la agenda de las mujeres, la paz y la seguridad, en el que se describe cómo Estados Unidos debe defender una visión positiva de las mujeres en la política de seguridad, al tiempo que se opone a la captura ideológica por parte de las feministas.

Yoshihara afirmó: «La agenda MPS siempre ha sido un tira y afloja entre visiones del mundo contrapuestas. Una es el enfoque de la seguridad nacional, que quiere traer paz y estabilidad a sus países incluyendo a todo el mundo, incluidas las mujeres y las niñas. La otra se basa en una ideología de igualdad de género definida de forma amplia. Solo si volvemos a centrarnos exclusivamente en la paz y la seguridad, la MPS tendrá éxito y será una fuerza unificadora, y no divisoria».

Se espera que este tira y afloja continúe en los próximos meses y años, a medida que crezca la oposición a la ideología de género dentro de la ONU. Durante el debate de esta semana, el embajador ruso ante la ONU se quejó de la dirección que los países occidentales estaban dando a la agenda de las mujeres, la paz y la seguridad. Dijo que se había convertido en un vehículo político para la «imposición de nociones neoliberales» y que «ya no se trataba de sexo, sino de género».

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