Innovador programa incorpora valores y virtudes en la educación sexual

By Lauren Funk | January 21, 2011

NUEVA YORK, 21 de enero (C-FAM) Lo que pasa por «educación sexual» en estos días se considera, a menudo, como material pornográfico y altamente ofensivo para los estándares comunitarios tradicionales.   

Un popular libro estadounidense para niños de diez años contiene páginas con dibujos de personajes desnudos manteniendo relaciones sexuales. Un plan de estudios recientemente publicado por la UNESCO promueve la masturbación para niños de tan sólo cinco años. Entretanto, organismos de la ONU y grupos militantes internacionales condenan frecuentemente los programas basados en la abstinencia sexual.

En medio de este caos, una agrupación brinda esperanza. La Alianza para la Familia ofrece un plan de educación sexual integral basada exclusivamente en la abstinencia, en el contexto de un amplio programa de desarrollo de la personalidad, y muchos observadores internacionales, entre ellos USAID y el Vaticano, le están prestando atención. 

El currículo, denominado «Aprendiendo a querer», es un programa de estudios de doce años de duración basado en una historia que enseña a los niños y a los adolescentes acerca del amor, del sexo y del matrimonio en un contexto mayor que promueve valores tales como la lealtad, la honradez, el respeto por sí mismo y la responsabilidad personal.  

Este plan es intensivo, adaptable y está en crecimiento. Hasta el momento, alcanza a más de 270 mil alumnos en once países. El gobierno chileno recientemente lo recomendó a sus escuelas públicas, y una nueva asociación público-privada entre el gobierno de Panamá y Chevron actualmente financia la participación de más de 10 mil estudiantes. Hasta los estadounidenses que optan por la escolarización en el hogar lo están incorporando.

Cristina Burelli, directora ejecutiva de la Alianza para la Familia atribuye el éxito de «Aprendiendo a querer» a los valores que estructuran su contenido. Por su naturaleza, son judeo-cristianos, explicó a Friday Fax, pero constituyen valores universales de la humanidad. El programa los presenta en un contexto absolutamente secular, lo que hace que sean apropiados para los sistemas educativos públicos, y hasta apreciados en ellos. 

«Aprendiendo a querer» incorpora, en los últimos cinco años del currículo, un componente de educación sexual basado exclusivamente en la abstinencia. Cristina explicó que el problema de algunos planes de estudios basados en la abstinencia radica en que se centran sólo en el tema del sexo y «olvidan que [la abstiencia] es cuestión de formar hombres y mujeres jóvenes de carácter» que puedan entender los valores que ella supone. «Cuando se abrazan estos valores, la abstinencia tiene sentido», aseguró.

Los valores que enseña este plan tienen otros resultados positivos. Una evaluación realizada por un tercero y financiada en parte por USAID concluyó que el programa fomenta «valores democráticos» como el trabajo en equipo, el respeto por los demás y la igualdad. Además, funcionarios de educación latinoamericanos informaron que el programa condujo a una significativa disminución en el comportamiento violento entre sus participantes.

El proyecto más reciente de la Alianza para la Familia consiste en extender el programa a África. La Africa Family Life Federation trabajó estrechamente con la Alianza para desarrollar un currículo adaptado a las tradiciones de la cultura africana y a la necesidad de prevenir el VIH/SIDA. La Fundación San Mateo, mediante el Pontificio Consejo de Justicia y Paz otorgó a la Alianza para la Familia un subsidio para financiar la impresión de los libros africanos.

Otras asociaciones están también en formación. La Alianza ya está trabajando con el Doha Family Institute para difundir su programa en el mundo musulmán. Cristina ha puesto los ojos en los barrios pobres de Estados Unidos, particularmente en las poblaciones hispanas. «El éxito del currículo demuestra su capacidad de funcionamiento en diversas culturas y regímenes», afirma. «Pone de relieve la universalidad de los valores enseñados».

 www.allianceforfamily.org

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano