Agencia de la ONU desafía a la Asamblea General por promover “Educación Sexual Integral” (I Parte)

By Stefano Gennarini, J.D. | January 19, 2018

Imagen tomada de la UNICEF Review sobre Educación Sexual Comprensiva en Tailandia (Dibujo 5)*

NUEVA YORK, enero, 19 (C-Fam). UNESCO, la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura, ha publicado una nueva guía técnica sobre “Educación Sexual Integral” y sobre las últimas objeciones de Estados miembros de la ONU a esta forma de educación sexual.

La Asamblea General, en reciente resolución relativa a la infancia, parece haber puesto fin, tras años de ácida contestación, al debate mantenido en la ONU en diciembre sobre educación sexual integral, y ha rechazado esta polémica denominación.

La guía UNESCO, no obstante, promueve la educación sexual integral como modelo estándar y global para gobernantes, educadores y activistas de la salud sexual y reproductiva, alegando que está respaldada por los “correspondientes” acuerdos internacionales.

Concretamente, la resolución de la Asamblea General ha rechazado una extensa moción sobre “sexualidad” en la educación, en lo que respecta a las normas sociales partidarias de la autonomía sexual, y ha optado por un enfoque más restringido basado en la salud. Los Estados donantes han reaccionado diciendo que en cualquier caso seguirán promoviendo la educación sexual integral.

La Asamblea General también hace hincapié en la necesidad de “una guía apropiada por parte de padres y tutores legales”, extremo que el manual de UNESCO apenas reconoce a pesar de haber venido contemplado en los acuerdos de la ONU sobre educación sexual a lo largo de veinte años. La guía, en cambio, destaca documentos no consensuados de la ONU sobre “orientación sexual e identidad de género”.

Los objetivos curriculares de UNESCO causarán controversia y consternación. Recomienda ayudar a los niños, en la temprana edad de cinco años, a identificar a los “adultos de confianza” distintos a sus padres, y a descubrir por ellos mismos sus sentimientos y sus propios cuerpos.

Propone enseñar a los niños, desde la edad de cinco años, que el género es una construcción social; así como, a partir de los nueve años, a “apreciar su propia identidad genérica y mostrar respeto por las identidades genéricas de los demás”. Se incluye en esos objetivos informar a los niños sobre diversos tipos de “familias no tradicionales” y, de forma aún más insistente, sobre los derechos LGBTI.

Los consejos trivializan la abstinencia y entre los objetivos se incluye enseñar a los niños cómo “negociar” y ser “comprensivos” con un compañero romántico, o cómo “expresar y entender distintos sentimientos sexuales”, además de afirmar que la masturbación no es perjudicial y que debe practicarse en privado a partir de los nueve años de edad.

Al tiempo que la UNESCO recomienda decir a los niños que los jóvenes con VIH positivo tienen derecho a “expresar sus sentimientos sexuales y su amor a otros”, también señala que “no deberían ser requeridos a develar su status VIH”. La guía, que nunca desalienta sobre el uso de pornografía, y dice pretender apenas que los niños distingan entre violencia y pornografía irrealista, parece lavarse las manos en lo tocante al sexo “transaccional”.

UNESCO tilda engañosamente su enfoque de “evidente fruto de la información” y afirma que sus programas de educación sexual contribuyen a una iniciación sexual más tardía y también a la fidelidad, así como a un aumento en el uso de condones y anticonceptivos. Pero los propios examinadores de UNESCO han comprobado que menos del 50 % de los programas revisados producía tales efectos. La guía incluso admite que no hay evidencia de que la educación sexual basada en el currículo proteja a los niños de las ETS.

Hay un cambio llamativo desde la versión de 2009 que la nueva guía ha sustituido:  el énfasis que pone en hacer la educación sexual integral obligatoria en las escuelas.

Mientras que la guía es opcional para los gobiernos, las ayudas de UNESCO a programas educativos serán, muy probablemente, condicionadas a la aplicación de la misma, según insinúa Audrey Azoulay, Director General de UNESCO, al principio del documento. Tailandia es un ejemplo del tipo de colaboración que UNESCO proyecta desarrollar. Una reciente revisión de su educación sexual incluye imágenes y dibujos de órganos genitales y de eyaculaciones realizados por niños de edad escolar.

La guía ha sido preparada con aportaciones de agencias de la ONU y de organizaciones tales como el gigante abortista Planned Parenthood, y el grupo LGBI de abogados OutRight International.

C-Fam ha decidido no reproducir las imágenes más ofensivas que se pidió a los niños que dibujaran.