ANÁLISIS: Las implicaciones internacionales de la confirmación de Kavanaugh

By Stefano Gennarini, J.D. | September 7, 2018

NUEVA YORK, 7 de septiembre (C-Fam) Los grupos abortistas internacionales están en un estado de alarma debido a la muy real posibilidad de que la reconfiguración de la Corte Suprema de los EE. UU. bajo el presidente de los EE. UU., Donald Trump, pueda llevar a la anulación de Roe vs. Wade.

“Si es confirmado, Kavanaugh plantearía una grave amenaza a la salud y a los derechos sexuales y reproductivos, tanto en los Estados Unidos como alrededor del mundo”, lamentó Shannon Kowalski, Directora de Promoción y Políticas de la Coalición Internacional por la Salud de las Mujeres (International Women’s Health Coalition), en un comunicado de prensa tras la nominación del juez Brett Kavanaugh el 9 de julio.

Su preocupación no es exagerada. Si Kavanaugh provee el largamente esperado quinto voto para derribar Roe, esto podría hacer retroceder significativamente el movimiento en favor de un derecho internacional al aborto.

Cuando la Corte Suprema de los EE. UU. vuelva a examinar el asunto del aborto, considerará, casi con certeza, nuevos alegatos sobre la existencia de un derecho humano al aborto bajo la ley consuetudinaria de derechos humanos. Alegatos de esta índole ya han sido hechos por el gigante de la industria abortista, Planned Parenthood, en cortes federales, aunque sin éxito.

La próxima vez, los grupos abortistas y sus partidarios podrán repetir una larga lista de pronunciamientos hechos por oficiales y organismos de la ONU, que han presionado a los países en orden a despenalizar y liberalizar sus leyes de aborto sobre la base de los tratados de derechos humanos de la ONU, algunos de los cuales han sido ratificados por los EE. UU. Citarán también precedentes de altas cortes extranjeras, en los que se remiten a organismos de la ONU en su interpretación de la ley internacional de derechos humanos, aun cuando tales organismos de la ONU no tienen autoridad para vincular a los Estados. Tras esto, se le pedirá a la Corte Suprema de los EE. UU. –la más influyente y emulada del mundo– pronunciarse sobre el asunto.

Si Kavanaugh finalmente provee el quinto voto para derribar Roe vs. Wade, como esperan los votantes que eligieron a Trump, la Corte necesariamente negará la existencia de un derecho internacional al aborto. Si Roe es revocada, los jueces disidentes de la Corte Suprema probablemente citarán la ley internacional; específicamente, algunas provisiones en el tratado de derechos civiles de la ONU, que los EE. UU. ratificaron en 1991.

Pero una determinación acerca de la ley internacional solo será requerida si Kavanaugh tiene el estómago para revocar lo que él mismo ha descrito como “ley asentada”.

Aunque ha habido intentos esporádicos de enfrentar Roe vs. Wadeen las legislaturas de los estados y en el Congreso de los EE. UU., la mayoría de los esfuerzos legislativos de base estadual, en su misma intención, no enfrentan directamente Roe vs. Wade, sino que meramente intentan minarla.

Esta semana, durante las audiencias, muchos de los senadores trataron, sin éxito, de hacer a Kavanaugh comprometerse a favor o en contra de Roe. Incluso el senador republicano Lindsey Graham (R-Carolina del Sur) preguntó a Kavanaugh si el derecho al aborto estaba “enraizado en la historia y la tradición” de los Estados Unidos. Kavanaugh evadió la pregunta.

“Espero que un día la Corte se sentará y pensará larga y tendidamente acerca del camino que han trazado”, dijo, urgiendo a Kavanaugh a reflexionar sobre el daño a la democracia resultante del activismo judicial y de interpretaciones “sin aliento” de la Constitución de los EE. UU.

Graham no pudo hacer más.

“Tal es mi pensamiento de despedida para usted, y entonces usted decidirá qué es lo mejor para el país”, concedió con el poco aliento que le quedaba.