C-Fam Testifica ante Sub-comité de la Cámara de Representantes

Washington, DC, 2 de Agosto (C-Fam) El abogado Stefano Gennarini, J.D. testificó ante la Comisión Tom Lantos de Derechos Humanos del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EU sobre el tema de “apartheid de género”. Estamos reproduciendo por entero su declaración:

Presidente Smith, Presidente McGovern y honorable miembros, Muchas gracias por la oportunidad que n¿me dan de testificar hoy. C-Fam encomia al co-presidente de la Comisión Tom Lantis y su personal por traer a nuestra atención las escandalosas y sistemáticas violaciones de los derechos de las mujeres y las niñas en Afganistán. Nos unimos a nuestros colegas en pedir al gobierno de los Estados Unidos que haga uso de todos los medios disponibles para llamar a cuentas a todos los que sean responsables y dar a las víctimas el remedio que requieren.

Mi testimonio tocará el concepto de “género” en el contexto de las deliberaciones acerca de un nuevo tratado internacional sobre crímenes contra la humanidad que actualmente está siendo discutido en el sexto comité de la Asamblea General y que está siendo promovido como respuesta a los atroces abusos cometidos por el gobierno talibán.

Debido a la seriedad de este tema y la gravedad de etiquetar a cualquiera como hostis humani generis (enemigo del género humano) deseo proponer una fuerte medida de cautela contra el introducir la noción de “género” como construcción social, a veces referida como “ideología de género”, dentro del marco de los crímenes contra la humanidad. Esto aplica tanto a la categoría establecida de crimen contra la humanidad conocida como “persecución basada en género”, consagrada en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en 1998 como a la nueva categoría propuesta de “apartheid de género”.

Cuando se celebreron los juicios de Nuremberg, el concepto de crímenes contra la humanidad — que entonces se consideraba novedoso y controvertido — se hizo necesario para hacer justcia a las víctimas del régimen Nazi y para hacer responsables a quienes los perpetraron. El principio básico del marco de los crímenes contra la humanidad es que hay ciertos actos que son tan atroces e inhumanos que siempre y obviamente serán actos criminales, de manera que tales crímenes merecen castigo aun cuando los perpetradores actúen con el respaldo de la ley o bajo órdenes militares.

Aun cuando las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas contra mujeres y niñas en Afganistán pueden ciertamente elevarse al nivel de crímenes contra la humanidad, el adoptar el concepto de “género” como construcción social en el marco de los crímenes contra la humanidad plantea graves desafíos a la ley que permanecen sin respuesta.

El concepto de género abre la cuestión de crímenes contra la humanidad a interpretaciones novedosas y peligrosas, incluyendo el convertir la ley penal internacional en un arma contra quienes se oponen a la ideología de género. Como resultado, cualquiera que crea que existen diferencias reales entre hombres y mujeres basadas en la biología podría ser etiquetado enemigo de la humanidad y criminal internacional.

Aquéllos que propugnan por una definición amplia de crimen de “apartheid de género” son claros en su intención de producir una visión más amplia de “justicia de género” que va más allá de los derechos humanos reconocidos internacionalmente a través de una definición abierta de género.

La oficina del Procurador de la Corte Penal Internacional (procurador CPI) ya ha adoptado una definición de género como “construcción social” que  “varía al interior de las sociedades así como de una sociedada a otra y que puede cambiar con el tiempo” en un documento de política para el propósito de investigar y llevar a juicio el crimen de persecución de género..

Bajo una política así, funcionarios, políticos, dirigentes religiosos y otras figuras públicas que estén en desacuerdo con políticas basadas en ideología de género podrían ser acusados de persecución de género. De modo semejante, podrían ser acusados de “apartheid de género” por colaborar con regímenes legales tildados de institucionalizar la dominación de un grupo de género sobre otro.

Esto pone en la mira a la gente religiosa de todo el mundo que cree en la complementariedad de los sexos, que incluye a católicos, cristianos de todas las denominaciones, musulmanes e hinduistas. De hecho, la acusación de apartheid de género ha sido lanzada contra la Iglesia Católica porque permite sólo la ordenación de hombres.

Cualquier medida legal que niegue o limite la reaización de la ideología de género en escuelas, en legislación familiar, en espacios religiosos, y en la sociedad en general podría ser elevada a crimen contra la humanidad, incluyendo restricciones sobre identidad transgénero, en políticas deportivas, en espacios asignados a mujeres, an la protección de derechos paternales o protecciones de conciencia de trabajadiores de ka salud y aun en el acceso a terapia hormonal y cirugía transgénero para menores.

El empleo de la ley penal internacional para acallar a críticos de la ideología de género no es tan desmesurado como pudiera parecer. Está enteramente alineado con la campaña en curso en países occidentales — y, triste es reconocerlo,también en el Departamento de Estado de los Estados Unidos — para acallar a los que ellos llaman “grupos anti derechos” Esta etiqueta orwelliana ha sido aplicada a mi organización, C-Fam, así como a otras organizaciones basadas en los Estados Unidos, por organizaciones fondeadas por mandato de la ONU, por la Unión Europea y por poderosas fundaciones, para silenciar y aislar puntos de vista con los que ellas están en desacuerdo.

Adoptar la ideología de género en el marco de crímenes contra la humanidad debilitaría el objetivo de perseguir crímenes más atroces y desviaría la energía y los recursos hacia la ingeniería social y hasta a la imposición totalitaria de la ideología de género.

La ideología de género es en primer lugar y por encima de todo una construcción teórica y analítica. Está ideada para estudios sociales e ingeniería social. El efecto inevitable de introducir ideología de género en el marco de los crímenes contra la humanidad equivale a poner a cuestión cualquier aspecto de la vida social, política y económica como un potencial crimen contra la humanidad.

Esto está lejos de los motivos originales de establecer un marco para la procuración de justicia ante los crímenes contra la humanidad en primer lugar. Se contrapone fundamentalmente con el principio de que, para constituir crímenes contra la humanidad deben ser obvios y atroces.

Puede entenderse que individuos y organizaciones bien intencionados pudieran desear reforzar las protecciones de mujeres y niñas mediante el concepto de apartheid de género; después de todo, parece constituir un instrumento retórico poderoso. Sin embargo, la confusión e imprecisión que resultaría en la legislación penal internacional derivada de esa doctrina hacen necesario revisar cuidadosamente esas propuestas antes de que el Congreso les dé su apoyo.

Nuestro gobierno y nuestros socios internacionales deben trabajar en proteger los derechos de las mujeres y de las niñas. No deben emplear el marco de los crímenes contra la humanidad para imponer pareceres extremos y marginales acerca del género y de la sociedad que nada tienen que ver con la protección de mujeres y niñas.