Día de las víctimas de la violencia religiosa desviada por los expertos en derechos humanos de la ONU

By Hannah Russo | August 27, 2021

NUEVA YORK, 27 de agosto (C-Fam) Los expertos en derechos humanos de la ONU quieren cambiar el enfoque del día internacional para conmemorar a las víctimas de la intolerancia religiosa a las personas que se identifican como LGBTQ.

Un grupo de expertos de la ONU hizo una declaración con motivo del día internacional para conmemorar a las víctimas de la violencia motivada por el extremismo religioso o contra las minorías religiosas. En ella denunciaban “las leyes, políticas o discursos misóginos y homofóbicos”.

“Desde la adopción de la resolución de la Asamblea General de la ONU de 2019 (…) el mundo se ha enfrentado a una alarmante escalada de odio, tanto por Internet como por otros medios, dirigida a las minorías religiosas o de creencias, así como a los miembros de las comunidades de lesbianas, gays, transexuales e intersexuales”, escriben.

Las atrocidades que inspiraron la conmemoración siguen aumentando. La situación de las minorías religiosas, como las de Afganistán bajo el régimen talibán y los musulmanes uigures en China, sigue siendo alarmante, al igual que la amenaza continua de violencia que ejercen grupos terroristas como Boko Haram en Nigeria y Al Qaeda en el Oriente Medio.

La declaración en la que se destacan las cuestiones LGBT contrasta con la resolución de la Asamblea General que establece el día para recordar a las víctimas de la violencia motivada por el extremismo religioso o contra las minorías religiosas. La resolución, iniciada por el gobierno de Polonia, estableció la conmemoración directamente después del Día internacional de memoria y homenaje a las víctimas del terrorismo, el 21 de agosto.

Aprobada por consenso en la Asamblea General, la resolución reconoce que las personas pueden ser objeto de violencia por sus propias creencias religiosas, y que el extremismo religioso puede llevar a las personas a cometer actos de violencia contra otras. Ni la resolución ni la página de la ONU que explica la conmemoración mencionan el sexo o el género, y mucho menos la orientación sexual o la identidad de género, que siguen siendo conceptos polémicos en la Asamblea General.

Inmediatamente después de que se designara el día, los expertos que operan bajo la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH) publicaron una declaración conjunta en la que se felicitaban por la conmemoración y señalaban que “este tipo de violencia pone en peligro los progresos tan arduamente logrados para garantizar la igualdad de las mujeres y los derechos de las personas LGBTI”.  El énfasis en las personas identificadas como LGBT se reiteró también en la declaración del grupo de expertos de 2020.

Estas declaraciones evidencian una división cada vez mayor entre los procedimientos especiales de derechos humanos de la ONU y los grupos de expertos, que operan de forma independiente y sin responsabilidad directa, y la Asamblea General, que se esfuerza por trabajar sobre la base del consenso internacional.

Durante años, y sin un mandato de la comunidad mundial, la OACDH y sus expertos han trabajado para promover la orientación sexual y la identidad de género como categorías de derechos humanos no discriminatorias.  Aunque la libertad de religión o de creencias es también un ámbito clave para la protección de los derechos humanos, los expertos de la ONU han calificado las enseñanzas sobre la moral sexual tradicional como extremas, fuera de la corriente principal, o incluso equivalentes a la violencia.  Estos expertos también se han enfrentado a críticas por estar en deuda con donantes ricos que promueven agendas sociales controversiales.

Cuando no recurre a la denuncia de creencias religiosas generalizadas sobre cuestiones de sexo y género, la OACDH difunde confusión y desinformación.  En 2014, la campaña pro-LGBT “Free & Equal (Libres e iguales)” de la OACDH usó una imagen de la Madre Teresa, entonces candidata a la santidad católica, para insinuar su respaldo a sus objetivos.

Además de crear polémicamente un procedimiento especial sobre orientación sexual e identidad de género dentro de la OACDH, el relator especial sobre la libertad de religión o de creencias publicó un informe en el que pedía la exclusión de las creencias religiosas para justificar las “violaciones de derechos”, lo que interpretó como la discriminación por orientación sexual e identidad de género y la criminalización del aborto.