Diplomático pro-vida de EE.UU. renuncia a su cargo, víctima de los ataques del Estado Profundo.

By Susan Yoshihara, Ph.D. | October 24, 2019

Washington, DC, 24 de octubre (C-Fam) El principal mandatario del Departamento de Estado para Asuntos de la ONU dejará de serlo el próximo mes tras prestar sus servicios al Gobierno durante cinco décadas. Cuando fue marine fue condecorado por su heroísmo en el combate. También fue embajador de EEUU ante las Naciones Unidas en Ginebra. Su marcha se ha producido como consecuencia de una campaña interna orquestada contra él por funcionarios de carrera impulsados por los medios de comunicación de izquierda, por los demócratas del Congreso y por el Inspector General del Departamento de Estado.

La campaña contra el subsecretario de estado Kevin Moley y su asesora principal, Mari Stull, comenzó poco después de que se le pidiera que dejara la jubilación para asumir sus responsabilidades en abril de 2018. Como prueba del mal estado en que se encontraba la administración antes de incorporarse él, cuando pidió listas completas de los cargos ocupados por comunistas chinos en las Naciones Unidas, en los fondos fiduciarios y en otras esferas de influencia internacional, los funcionarios reaccionaron con tal apatía que tardaron tres meses en responder y, finalmente, presentaron un informe de una sola página.

A pesar de estos contratiempos, Moley consiguió logros tan impresionantes como implementar la  política exterior más pro-vida que el Departamento de Estado ha hecho jamás. Puso en marcha una estrategia para reducir la influencia comunista china en la ONU, supervisó la retirada de Estados Unidos de la UNESCO  y de un Consejo de Derechos Humanos “tóxico”, así como el cese de la financiación del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS), que recibía fondos de la ONU. Su liderazgo condujo a la reducción de las evaluaciones generales que Estados Unidos hacía de la ONU, a la penalización de las agencias de la ONU por violar las reglas de los denunciantes. Además aumentó la transparencia, mediante su desclasificación, de los informes sobre los “derechos de retorno” de los palestinos.

La resistencia a la política de Moley y a las reformas efectuadas en la administración fue muy rápida, incluso por parte de su más alto responsable de relaciones exteriores (la principal ayudante adjunta, que ocupaba el cargo de Moley en calidad de suplente). Una fuente familiarizada con estos acontecimientos reveló a Friday Fax que Moley puso fin a la costumbre que ella tenía de ofrecer licores al personal de oficina todos los viernes hacia las 3:30 p.m. para celebrar la conclusión de la semana laboral. También le pidió que dejara de repartir peluches en reuniones de personal de alto nivel en las que participaban funcionarios de la Secretaría de Estado. Según nuestra fuente, Moley también rechazó por poco ético las promesas que ella hacía a sus subordinados más allegados de otorgarles altos cargos sin tener en cuenta su cualificación.

Kevin Moley abandonó el departamento voluntariamente y se trasladó a la oficina de la gerencia que se encuentra en el séptimo piso, oficina encargada de responder a las preguntas de los miembros del Congreso y de gestionar las investigaciones del Inspector General. Poco después, varios medios de comunicación comenzaron a atacar a Moley y a Stull, citando quejas filtradas “anónimamente” por un alto diplomático.

El senador Robert Menéndez (demócrata por Nueva Jersey) y el difunto Elijah Cummings (demócrata por Minnesota), consideraron estas “noticias” lo bastante graves para que el Inspector General iniciara una investigación basada ostensiblemente en la existencia de una supuesta “lista de lealtad” que Moley y Stull habrían utilizado para “tomar represalias” contra empleados de diverso rango. Nunca se encontró lista alguna a pesar de que las acusacioines persistieron durante año y medio, y de que el Inspector General efectuó una investigación exhaustiva cuyos resultados se hicieron públicos en octubre.

En cambio, el informe del IG pedía que se tomaran medidas “correctivas” contra Moley, alegando que los altos funcionarios y otros miembros del personal abandonaban sus cargos debido al severo estilo de gestión de Moley y Stull, acusación que estos negaron categóricamente. El informe del IG apoya su acusación en las “apariencias”, la “preocupación” y la “percepción” de un liderazgo deficiente, en lugar de aportar pruebas sólidas. Reconoce que Moley no se excedió en sus funciones al tomar decisiones personales.

Moley recibió la Medalla del Corazón Púrpura y la Medalla de la Marina con la “V” de valor en la Guerra de Vietnam. Fue embajador de Estados Unidos ante la ONU en Ginebra duante la administración de George W. Bush; Secretario Adjunto del Departamento de Salud y Servicios Humanos y Subsecretario de Gestión y Presupuesto del Departamento de Salud y Servicios Humanos, además de Vicepresidente del Consejo Presidencial para el Mejoramiento de la Gestión en la administración de George H. W. Bush.

El embajador Moley envió un correo electrónico a sus subordinados la semana pasada anunciando que retornará a su retiro el 29 de noviembre, coincidiendo con la celebración de su quincuagésimo aniversario de bodas.