Estudio fraudulento sobre matrimonio homosexual, amonestación para la ONU

By | May 30, 2015

NUEVA YORK, 29 de mayo (C-Fam) Denuncias de fraude contra un estudio muy promocionado sobre el modo de ganar partidarios del matrimonio homosexual arrojan luz respecto de cuán propensas son las instituciones de élite a la manipulación ideológica.

Esto constituye una advertencia para los diplomáticos de la ONU que están tomando decisiones sobre estándares para nuevos objetivos de desarrollo (y sobre cómo se destinarán miles de millones de dólares).

Dado el gran impacto que tendrán, existe un pedido frecuente de que las políticas estén «basadas en la evidencia», que se fundamenten en investigaciones científicas.

En diciembre pasado, la prestigiosa revista Science publicó un estudio revisado por expertos y diseñado por Michael LaCour sobre el cambio de mentalidad de las personas respecto del tema polarizante del matrimonio homosexual. Los hallazgos fueron increíbles: literalmente, como resultó ser.

El estudio de LaCour apuntaba a californianos que votaron a favor del matrimonio tradicional. Un número considerable cambió su parecer tras una conversación con un encuestador que manifestaba ser homosexual y querer casarse. El cambio supuestamente era duradero y los votantes persuadieron a otros en sus hogares para que cambiaran de parecer.

Sus actitudes fueron rastreadas mediante un «termómetro de percepción gay»

El truco era una «experiencia real con una persona gay», conjeturó LaCour. Supuso que el apoyo al matrimonio natural estaba fundamentado en la ignorancia y el prejuicio, y que puede superarse mediante una conversación breve con alguien que se identifique como homosexual.

Los medios anunciaron a bombo y platillo el aparente éxito. Se pregonó que el estudio influenciaba las políticas públicas en Estados Unidos y en otros países. En el término de días, atrajo entrevistas de trabajo para LaCour.

«Tuve nueve entrevistas laborales en las últimas tres semanas», dijo LaCour a BuzzFeed News, y Princeton le ofreció una cátedra.

No obstante, los intentos de reproducir el estudio rápidamente revelaron errores fatales. LaCour se negó a divulgar los datos en bruto, luego dijo que los había borrado y dio motivos contradictorios para su nivel de respuesta sospechosamente alto.

El «termómetro de percepción» es un «instrumento que se sabe poco fiable, que muestra mucho error de medición», observaron los investigadores.

Un respetado profesor que firmó como coautor ahora admite que nunca vio los datos.

LaCour, quien realizó un proyecto similar a favor del aborto, niega públicamente trasgresión alguna.

Un directivo del Centro LGBT Los Ángeles, quien organizó a las personas que hicieron campaña por LaCour, dijo: «Solo porque los datos no existen para demostrar la efectividad de su método de cambio de mentalidad, no significa que la hipótesis sea falsa».

Investigadores independientes desentrañaron los engaños de LaCour, y sin darse cuenta pusieron a la vista una disposición generalizada a ignorar las banderas rojas cuando se trata de derechos sexuales.

Por el contrario, los estudios que revelan los beneficios de las estructuras familiares estables y tradicionales son sometidos a los análisis más rigurosos, e incluso tras haber sido validados, sus autores son condenados al ostracismo.

Con un nuevo plan de desarrollo de la ONU, puede ser más difícil corregir el entusiasmo ciego por los derechos sexuales.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecen normas para juzgar el avance de los países. Uno de los indicadores propuestos para medir la «inclusión» en una comunidad es la «existencia de discriminación percibida» que, según afirma un documento de antecedentes, incluye la orientación sexual y la identidad de género.

Expertos de comités de la ONU deberían determinar qué constituye una violación, sugiere el documento, y por consiguiente se elevan sus opiniones a la categoría de normas internacionales irrefutables.

Estos expertos cada vez más exceden sus facultades y rinden cuentas a nadie. Dentro del enorme e impenetrable presupuesto de la ONU, ellos no corren el riesgo de perder subvenciones.

El coautor de LaCour solicitó que el estudio fuera retractado. La ONU planea adoptar su nuevo plan de desarrollo en septiembre. Estará vigente hasta 2030.

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano