Los acontecimientos destacados de un evento dejaron ver las prioridades de la agenda global de salud materna

By Rebecca Oas, Ph.D. | December 15, 2017

WASHINGTON, DC. 15 de diciembre (C-Fam). Hace treinta años, expertos y activistas se unieron para poner la salud materna dentro de la agenda internacional de asistencialismo. Un evento de un día de duración en Washington para celebrar los 30 años de la Iniciativa de Maternidad Segura sucedido la semana pasada, reveló diferencias de prioridades entre los activistas occidentales y los profesionales africanos.

Las muertes maternas durante el parto solían ser un tema ignorado; un panelista mencionó un artículo de Lancet de 1985 que preguntaba: “¿Dónde queda la M en SMI [Salud Materno-Infantil]?”. El movimiento ganó fuerza en reuniones internacionales, tales como la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994 y fue particularmente prominente en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) del 2000, donde el incrementar la salud materna era un Objetivo per se.

Los activistas pro-aborto, incluyendo algunos de los miembros pioneros del movimiento de maternidad segura, han aportado gran controversia en lo que, de otra forma, podría ser un esfuerzo completamente benigno. Académicos han señalado que el movimiento de salud materna contiene dos campos: aquellos quienes se enfocan en proveer servicios de salud y aquellos quienes son expertos en el activismo a favor de la “salud sexual y reproductiva”, incluyendo los temas de anticonceptivos, aborto y “derechos sexuales”.

En el evento del Wilson Center, se hicieron evidentes ambos grupos: los primeros representados por parteras de la África sub-sahariana y los segundos por Ann Starrs, presidenta del Guttmacher Institute, que es pro-aborto.

Address Malata, una experta en enfermería y obstetricia que también es profesora y vice-rectora en Malawi, habló sobre los obstáculos para una mejor salud materna en su región de África. Las parteras frecuentemente son alejadas de su profesión y son reclutadas para trabajar en otras áreas mejor pagadas. La infraestructura básica y el transporte también son carentes; Malata relató la historia de una mujer que estuvo en labor de parto durante 48 horas hasta que llegó una ambulancia para llevarla al hospital, en donde murió al llegar.

Por el contrario, Starr centró su presentación en el papel de los anticonceptivos como prevención de la mortalidad materna, argumentando que, por cada dólar adicional gastado en planificación familiar, $2.20 dólares podrían ser ahorrados de los costos de mortalidad materno-infantil. El Friday Fax cuestionó cómo es que se justifica que se retiren fondos de salud materna considerando el hecho de que las mujeres fallecen debido a la falta de acceso a servicios de salud básicos, mientras que la “demanda insatisfecha” de planificación familiar se atribuye a la falta de acceso. Starrs reconoció que solo alrededor del 5% de la “demanda insatisfecha” de planificación familiar se debe a la falta de acceso, pero no se pronunció sobre el tema del financiamiento.

Si bien ha habido progreso en reducir la mortalidad materna en el mundo, esto se queda aún muy lejos de las metas establecidas en los ODM. En los actuales Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), la salud materna fue removida de los 5 objetivos principales y rebajada a ser un sub-objetivo dentro de los 17 objetivos relativos a la salud en general. De forma similar, la “M” que alguna vez fue difícil de encontrar dentro de la SMI, ahora ha sido aún más enterrada dentro del acrónimo extendido:  SSRMNIA (Salud sexual, reproductiva, materna, neonatal, infantil y adolescente) – a quien Starrs se refirió, a manera de broma, como “el estornudo”.

En las regiones del mundo donde los resultados maternos están más retrasados, particularmente en el África sub-sahariana, las mujeres mueren por falta de acceso a servicios básicos de salud y a auxiliares de parto capacitados, así como por carencias en servicios e infraestructuras.

Foto: podría usarse la foto de pantalla del video del Wilson Center o la gráfica del acrónimo expandido o una foto genérica de una mamá y un bebé.